BUDA Y SRI LANKA

La crónica budista titulada Mahavamsa narra la llegada de los primeros colonos cingaleses. En el siglo VI a. C. el príncipe Vijaya desembarcó en la isla con 700 seguidores y derrotó a un grupo de yakshas, a quienes hicieron retroceder hacia el interior. Vijaya, a quien se denominaba "Sinhala" por ser descendiente de un león (sinha), se casó luego con una princesa yaksha que le dio dos hijos, mas él los apartó de sí y fueron abandonados en la selva. Su esposa fue posteriormente ajusticiada por los yakshas. Entonces Vijaya mandó buscar en la India otra princesa, así como esposas para todos sus seguidores. Su sobrino dio continuidad a la estirpe Vijayan. Esto refleja probablemente acontecimientos sucedidos al ser desplazados los antiguos pobladores dravídicos hacia el interior por los colonos indo-arios.

Según el Mahavamsa, antes de su muerte Buda llamó a Sakka, rey de los dioses. Instruyó al dios para que protegiera a Vijaya y a sus seguidores, que acababan de llegar a Lanka, por ser en esta isla donde su religión se establecería y daría fruto. Este mito refuerza la importancia del legado del budismo, ya fortalecido por los mitos referentes a las visitas de Buda a Lanka.

En la cultura de Sri Lanka es de importancia básica la creencia de que Buda cruzó el mar para visitar Sri Lanka y dejar la huella de su pie en la montaña sagrada. Las representaciones en relieve de esta huella gozan de popularidad. En ellas están inscritos para simbolizar el fenómeno los 107 símbolos del ascendiente de Buda sobre todo el universo.