En al capítulo final del Ramayna, la devoción do Hanuman por Rama está aún más elaborad. Los ejércitos de monos finalmente terminan sus celebraciones tras la victoria triunfal sobre Lanka y preparan para volver a casa desde el palacio de Rama. Sólo queda Hanuman, pero éste declara que se quedará para servir a Rama y a su reina, Sita, el rey mono, pide la prueba de la devoción de Hanuman, ante lo cual el más leal de todos los devotos rasga su pecho y revela imágenes de Rama y Sita en su interior.