DIOSA DEVI MATA AL DEMONIO BÚFALO

Mahisha nació con cabeza de búfalo y cuerpo de hombre y se decía que estaba destinado a ser enemigo de los dioses. Con el tiempo dirigió un gran ejército de demonios y se apoderó del reino de los cielos, expulsando a los dioses del paraíso. Los dioses principales se enfadaron tanto que de su ira combinada surgió la forma de una mujer terrible y sobrecogedoramente hermosa. Su cabeza procedía de Shiva, sus brazos de Vishnu, sus pies de Brahma, su cintura de Indra, rey de los cielos, su cabello de la muerte, sus pechos de la luna, sus muslos del océano, sus labios de la tierra y los dedos de sus pies del sol. Esta joven y hermosa doncella recibió el nombre de Devi. Encontró una montaña apartada donde pasó largo tiempo meditando y llevando vida de asceta. Sus penalidades trajeron a la tierra la paz y la prosperidad.

Mientras ella estaba absorta, los ejércitos de Mahisha se introdujeron en las montañas. Divisaron la hermosa figura de Devi en profunda meditación y comunicaron a Mahisha su sorprendente beldad. Este, lleno de pasión, acudió a ella disfrazado y le preguntó si quería casarse con él. Ella le replicó que primero tenía que probar su virilidad.

Mahisha intentó capturarla, mas se le escapó. El, airado, creció de tamaño y al sacudir su cola los océanos se enfurecieron, la tierra se agitó bajo el peso de sus pies, sus cuernos rasgaron las nubes y los ejércitos de Devi fueron barridos ante él por el huracán de su aliento. Devi adoptó una forma terrible y montó en el león que la llevaba para atacarle, pero Mahisha mantuvo la forma que había adoptado.

Entonces ella lo ató con cuerdas, pero se convirtió en león; cortó la cabeza de éste, pero entonces se transformó en hombre; atravesó al hombre, pero éste se convirtió en elefante. Ella cortó la trompa del elefante, mas ahora se convirtió en búfalo. La diosa, enfurecida e intoxicada por su sed de sangre, se le acercó por atrás, lo atravesó con su tridente y le dio en el cuello una patada tan fuerte que el espíritu le salió disparado por la boca. En aquel momento ella blandió su espada y le cortó la cabeza.

Su espíritu no podía volver a entrar en el cuerpo, de modo que se contaba entre los caídos. Los dioses jalearon a Devi gritando "¡Victoria!". Desde entonces es venerada como vencedora del demonio búfalo.