DIOSES CASEROS

En la India rural, es una tradición muy extendida la de hacer imágenes para volver a destruirlas, devolviéndolas a la tierra o «vientre» del que proceden. Los dioses se pintan de una manera bastante abstracta. A veces están hechos toscamente de barro, y pueden representarse incluso por medio de una simple bola de arcilla. Pillaiyar, el niño Ganesha, es la deidad que más a menudo se venera de esta forma. Un trozo de barro se modela con la forma aproximada de una cabeza de elefante. Cuando se le hacen «ojos» de papel de plata o de piedras blancas, se dice que la imagen asume el poder (shakti) del dios. Los aldeanos adoran la imagen de Pillaiyar colocando flores, cocos (que representan los tres ojos de Siva) y dulces alrededor de ella. Cuando se acaba el culto, tiran la imagen al agua o la desintegran en el suelo. En Karnataka, una imagen de Mariamman, la diosa de la viruela, pasaba de pueblo en pueblo antes de ser sumergida en un río, llevándose consigo las enfermedades del pueblo.