Un pequeño pájaro y su esposa vivían junto al océano, en cuya orilla construyó su nido. Su esposa se quejaba de que las olas del océano estaban demasiado cercanas y podrían llevarse el nido, mas él le aseguró que el océano era amigo suyo y que nunca haría semejante cosa.
Al día siguiente el océano se rió y, alargando sus manos de espuma, se llevó el nido con sus huevecillos. La madre pájaro, desesperada, estaba a punto de morir, pero su marido le dijo jactanciosamente que no se preocupara. Secaría el océano y recuperaría su nido. Llamó a los demás pájaros para que le ayudaran.
Estos le prometieron su auxilio, pero el océano sencillamente se rió, por lo que acudieron a Garuda, rey de los pájaros, en busca de ayuda. Cuando Garuda supo lo que pasaba, envió un mensaje a su señor, Vishnu, contándole que el océano había robado los huevos de sus servidores.
Al oír esto Vishnu amenazó airadamente al océano: "¡Si no devuelves los huevos a esos pajarillos, yo personalmente te secaré!". El océano, atemorizado, devolvió los huevos de inmediato. La moraleja de este cuento es que Dios ayuda a quienes se ayudan a sí mismos.