Los indios han personificado todos los aspectos de la naturaleza y de la espiritualidad en la forma de sus numerosas deidades. Para algunos estas deidades son sólo simbólicas, mientras que para otros están dotadas de vida y realidad más allá del mundo temporal.
La deidad más amada es Krishna, el pastor de vacas, octava encarnación de Vishnu. Siendo niño vive en la selva rodeado por sus amigos infantiles, las vacas y los pavos reales. Allí danza con su joven amante, la divina Radha, regocijándose en la bonanza y la sencillez de la vida rural. Ambos comparten un amor espiritual perfecto.
Los seguidores de Krishna le ofrecen su devoción incondicional en tanto que Dios Supremo Único.