La seducción de Krisna de las gopis, las esposas e hijas de los vaqueros se presenta en canciones, pinturas y otras expresiones de cultura popular por toda India. En Sharda Purnima (la luna llena de noviembre), Krisna, dice la leyenda, fue hasta su lugar favorito en la selva y empezó a tocar la flauta. Cuando las primeras notas llegaron a la aldea, las gopis quedaron cautivadas y locas de deseo, siguieron la música. A continuación tuvo lugar un frenético baile apasionado, y hasta los dioses descendieron a la tierra para ver el espectáculo. El Brhmavaivarta Purana describe un exuberante claro lleno de frutas maduras y con el zumbido de las abejas.
Entre las 900.000 gopis, «como una joya entre ellas» estaba Radha. Krisna, vencido por el amor, dejó caer su flauta e "incluso la ropa cayó de su cuerpo".
Aunque violó a cada una de las gopis en el baile que duró treinta y tres días, abrazaba durante todo el tiempo a Abada. La historia es sorprendente por la detallada extravagancia de su erotismo.