LA DESTRUCCIÓN CÓSMICA

Mientras que brahma es el creador y Vishnu el conservador, la ira de Shiva representa la fuerza destructora que aniquila el cosmos. La muerte es consecuencia inevitable de la vida y según el mito indio no es motivo de temor, pues en este mundo dual ni la vida ni la muerte tienen sentido a solas. La muerte es la precursora de la vida a la que todo tiene que resignarse, como se cuenta en el Bhagavad Gita: "El que ha nacido debe morir y el que ha muerto debe volver a nacer. No retrases lo inevitable".

Al final del universo, el sol y la luna dejan de brillar y todo se vuelve oscuro. Shiva inicia su pralaya, danza de destrucción, acompañada por su tambor damaru., para correr la cortina del universo. Con el cabello disperso, somete con su tridente a los señores de todos los planetas. Genera el fuego del tiempo eterno, que arde por todo el universo. El fuego arde durante cien años celestes destruyendo a todas las criaturas. Del cabello disperso de Shiva caen aguas torrenciales durante otros cien años celestes inundándolo todo. El universo se llena de agua y es barrido por vientos aullantes. A continuación viene la noche larga y silenciosa que precede al nuevo ciclo creador.