El siglo I a. C. fue testigo de un cisma entre las sectas jainistas digambara ("vestidos de cielos) y shvetambara ("vestidos de blanco"). Los digambara creen que los ascetas han de estar "vestidos de cielo" (desnudos) para imitar le vida de total abandono de Mahavira, y vivir en perfecta armonía con el principio de no violencia.
Los digambara dicen que las ropas incitan a desear posesiones y aumentan las oportunidades de destruir formas de vida. Contrariamente a los digamhara, los shvetambará llevan alguna ropa y aceptan la posibilidad de que las mujeres jainistas, que suelen doblar el número de hombres, lleguen a liberarse.
El monte Sumnjaya. junto a Palita, en Gujurat. "la colina que conquista enemigas, es una de las cinco montañas sagradas del jainismo shvelambara.