Los himnos védicos hacen alusión a la muerte de Vritra a manos de Indra. Esta es una versión abreviada de un himno del Rigveda:«Proclamaré las heroicas hazañas que en los comienzos realizó Indra, el que empuña el rayo. Mató a la serpiente, abrió un canal para las aguas y cortó las entrañas de las montañas. Como vacas mugientes, las aguas descendieron hasta el mar. Exultante en su virilidad como un toro, Indra tomó el soma y bebió el jugo de los cuencos de los árboles. El generoso cogió su rayo y su arma y mató al primer dragón. Y así, Indra, en aquel instante hiciste el sol, el cielo y el alba. Desde entonces no has encontrado rival digno de ti. Con su gran arma, Indra mató a Vritra, la que no tiene hombros. Como el tronco de un árbol con las ramas cercenadas, yace postrado el dragón en el suelo. Sobre él, como un junco tronchado, fluyeron las aguas para la humanidad, las aguas que Vritra había encerrado con su fuerza. Las aguas fluyen sobre el cadáver oculto de Vritra, porque el que halló en Indra un adversario demasiado poderoso se ha sumido en larga oscuridad. Tú, oh dios valiente, tú ganaste el soma, tú liberaste los siete arroyos que ahora fluyen.»