El respeto que se tiene al toro en la India actual es una consecuencia de su asociación con Siva. El monte de Siva es el gran toro blanco Nandi, al que el dios hindú cabalga cuando lucha contra los demonios. En muchos templos saivitas hay una estatua de Nandi ante la puerta del santuario principal, de modo que pueda vigilar a su amo. Es el más leal de las divinidades protectoras. En las pinturas que representan a la «divina familia» de Siva, Parvati, Ganesha y Skanda siempre sale Nandi: según la leyenda, el toro fue un regalo de boda de Siva y Parvati de parte de Daksha, el suegro de Siva.
Nandi comparte muchos de los atributos de su amo: es fuerte, feroz y sexualmente potente y es una personificación del poder que se puede conseguir domando la fuerza bruta y controlando la pasión.