Su culto es bastante menos popular que el de Krishna, pero igualmente su historia se relata en otro poema épico, el Ramayana. El Ramayana, aun siendo menos extenso que el Mahabharata, duplico a la Iliada, la epopeya occidental más extensa y elaborada. El sánscrito es similar a otras lenguas antiguas, por ejemplo, el latín, con el que comparte las declinaciones. Aun siendo una lengua muerta, todavía se puede escuchar en los mantras que recitan los brahmanes en los templos.
India
Exiliado por su padre Rama, su esposa Sita y su hermano Lakshman marcharon a un bosque para conseguir una vida ascética. Una tarde estaban los enamorados esposos bajo un árbol y se encontraron con una gigante diablesa llamada Surpakana, hermana de Ravana. Ésta se enamoró perdidamente de Rama pero no fue correspondida, por lo que la malvada gigante amenazó la vida de Sita.
Con la ayuda de su hermano, Rama consiguió cortar la nariz y las orejas de Surpakana. Cuando su hermano se enteró de lo sucedido juró venganza, raptando a Sita para convertirla en su amante.
Rama creyó enloquecer por la ausencia de su esposa. Tras una búsqueda sin éxito, un buitre informó a Rama que su esposa estaba en un lugar lejano y que era necesario trazar un puente para llegar. Con la ayuda de los monos (varanos), el puente se construyó en cinco días, consiguiendo llegar hasta los dominios del demonio. Tras una ferviente lucha entre Rama y Ravana,
Rama salió victorioso con la ayuda de sus flechas maravillosas. Sita fue liberada y devuelta a su esposo.
Al poco tiempo, Rama volvió a su reino en un carro mágico y recuperó el trono, que le duró diez mil años, durante el cual sus súbditos no padecieron muertes ni enfermedades.