SIVA

Combinación de lo erótico y lo ascético

En el trimurti, el trío sagrado, Siva aparece como destructor. Sus orígenes se remontan al Rudra védico, el «aullador» o el «rubicundo», dios malévolo de la tormenta al que más adelante se llamaría Siva («favorable») con el fin de propiciarle. Entre las múltiples deidades indias, Siva es el vengador iracundo, así como el pastor de almas. Con una ambivalencia semejante, no sólo está vinculado con el yoga y el ascetismo (se sienta a meditar en el grandioso monte Kailasa), sino que presenta un acusado aspecto erótico.

La esposa de Siva aparece como Sati y Urna o como Parvati. En algunos casos, se empareja a Siva con la «inaccesible» Durga y con la tenebrosa diosa Kali. Se le suele representa! pálido o ceniciento, con el cuello azul, por haber tragado el veneno que se generó al batir el océano y que amenazaba con destruir la humanidad, ejemplo del Siva protector que también encontramos en el mito en el que impide la caída de Ganga, la diosa del río, cuando fue arrojada del cielo para limpiar el mundo. Entre otros atributos de Siva destacan un collar de calaveras, una guirnalda de serpientes, las guedejas del asceta, la media luna y el tercer ojo de la iluminación (y la destrucción).