Como Nataraja, Siva es el señor de la danza, la fuente de todo movimiento en el universo. Una escultura del bailarín cósmico bronce del sur de la India, siglo XVIII es una figura de cuatro brazos rodeada por un círculo de llamas, el proceso de la creación universal.
Sus pasos están destinados, mediante la iluminación, a aliviar los sufrimientos de sus fieles y por eso mantiene el equilibrio sobre la espalda de un enano, símbolo de la ignorancia.
Sus gestos y los atributos que porta simbolizan los aspectos de su divinidad: el tambor (la creación), en la mano derecha trasera, la llama (la destrucción) en la mano izquierda trasera, el gesto de protección (mano derecha delantera) y la pierna levantada simboliza la liberación.