Se creía que los templos hindúes eran la residencia terrena de los dioses y diosas. Cada templo está construido según las reglas uniformes de la arquitectura sagrada y concebido para animar a las deidades a que residan en él. La construcción de templos se consideraba una forma de puja (culto), un ritual que daba acceso a la divinidad. Como un mandola tridimensional, se pensaba que el templo era una representación microcósmica del universo. En su centro se encuentra el icono de la divinidad, rodeado por imágenes de su séquito, colocadas en orden decreciente de procedencia para indicar la jerarquía divina. Sobre el sanctasanctórum (garbhagriha) en el que reside la deidad está la torre del templo, que representa el monte Meru, el eje mítico del centro del cosmos.