La disciplina o sendero de la acción (karma yoga) que Krisna describió a Arjuna cuando dudaba ante la batalla no es el único camino hacia el brahmán que el Bhagavad Gita reconoce, aunque resultó ser muy popular entre los que han de vivir y luchar en el mundo. Mahatma Gandhi fue una de las muchas personas que en el siglo XX se han sentido inspiradas por este pasaje.
Los otros dos senderos son la disciplina del conocimiento (jnana yoga), en el que la liberación se busca por medio del ascetismo y el retiro contemplativo del mundo de un modo comparable al del budismo, y la devoción a Dios (bhakti yoga).
Esta se considera la forma más elevada de yoga, y en ella, el ser humilde adora a Dios, esperando menos una liberación de la reencarnación que una visión divina en éxtasis. Como recompensa por esta adoración, Dios reparte sus favores entre sus devotos y les permite trascender su lazos terrenales. Los tres senderos campanas la creencia de que Dios se manifiesta por medio da todos los aspectos de la vida, incluyendo la naturaleza y la sociedad.