Resulta sorprendente que numerosas mitologías ofrezcan tan pocas explicaciones sobre la creación de los seres humanos. La tradición hebrea representada en el libro del Génesis bíblico se limita a decir que Dios «creó al hombre a Su imagen y semejanza». Según un mito griego, el primer hombre fue creado con arcilla y la primera mujer con tierra. En líneas generales, el relato sobre la creación cósmica es más complejo que el de los orígenes de la humanidad.
En Norteamérica, un mito hopi cuenta que los primeros seres humanos fueron modelados con tierra por la Mujer Araña, divinidad creadora.
En África, la mayoría de los mitos dice que el creador hizo a los seres humanos en otro lugar desde el que después se los trajo al mundo. Según ciertos relatos, caen de los cielos en el comienzo de los tiempos, mientras que los hereros del África suroccidental creen que las primeras personas salieron de un «árbol de la vida» situado en el infierno.
Otro motivo extendido por África es un dios que crea una vasija de la que después emergen los seres humanos. En la versión de los azandes, los hombres se encontraban al principio en una canoa sellada, junto al sol, la luna, las estrellas, la noche y el frío, y cuando el sol derritió el sello, salió la humanidad.