Las aguas primordiales seguían rodeando el cosmos formado por tierra y cielo. La diosa del cielo adoptaba en unas ocasiones la forma de una mujer desnuda arqueada sobre la tierra y en otras la de una vaca modelada con estrellas.
Se decía que todas las noches se tragaba al sol y a veces se le acusaba de querer tragarse también a sus hijos, y en estos casos se representaba a Nut como una cerda, animal que se caracteriza por devorar a sus propias crías.
Los hijos de Nut eran dos pares de gemelos, Osiris e Isis y Set y Neftis. Osiris e Isis se enamoraron en el vientre materno, pero Neftis odiaba a su hermano Set.
Por ser el hijo mayor de Geb y Nut, Osiris estaba destinado a gobernar Egipto.