En este mito, el ojo de Ra, identificado con la diosa Hathor, se va a vivir a Nubia, al sur de Egipto. En el relato se manifiesta bajo dos formas felinas: Sekhmet, la diosa-leona, y Bast, la diosa-gata.
El ojo de Ra se peleó con su padre y se retiró al lejano desierto de Nubia. Thot se dirigió hacia el sur en su busca, disfrazado de mandril (en principio, era Shu o un dios guerrero llamado Anhur, «el que trae a la Distante», quien perseguía a la diosa, pero en época posterior se atribuyó este papel a Thot). La encontró bajo la forma de diosa-gata e impidió que le atacase contándole una historia. Después le habló de Egipto, para que la diosa sintiera nostalgia, pero ella comprendió la estratagema y se transformó en rugiente diosa-leona.
Thot la calmó contándole más cuentos, le prometió ofrendas en todos los templos de Egipto y la convenció de que fuera con él al norte. Cuando llegaron a la frontera, la diosa fue recibida pos: una. multitud jubilosa, Una serpiente del caos intentó matarla mientras dormía, cerca de Tebas, pero Thot la despertó a tiempo. En Heliópolis se reunió con Ra y se convirtió en Hathor.
En una figura de bronce de la diosa-gata Bast, Época Baja, se encuentra a ésta junto a unos gatitos que simbolizan el papel de Bast como deidad de la fertilidad, en cuyo honor se celebraba anualmente un festival en el templo de Bubastis consagrado a ella.