Los egipcios representaban a Set como animal mítico, en parte asno salvaje y en parte cerdo u oso hormiguero.
Sus dominios eran el desierto y se asociaba con él a la mayoría de los animales de esta región, como bueyes y burros, porque se utilizaban para la trilla de la cebada y pisoteaban el cuerpo de la víctima de Set, Osiris, padre de Horus, que se encontraba en el grano.
Horus condenó a estas bestias a que las apalearan eternamente. Una serie de mitos localizados en el norte del Alto Egipto tratan sobre los conflictos entre los seguidores humanos de Set y los aliados de Horus.
Set intentaba continuamente maltratar el cuerpo de Osiris adoptando la forma de diversos animales. En cierta ocasión se transformó en pantera, pero Thot recitó unos ensalmos mágicos contra él y Set cayó al suelo.
Anubis lo ató, lo marcó con un hierro y lo despellejó. Sus seguidores intentaron rescatarlo, pero Anubis los decapitó.
Set se recuperó de sus heridas y reunió a otros seguidores en las montañas del desierto, pero Isis se volvió contra él. Set se transformó en toro, Isis en perro con un cuchillo en el extremo de la cola y lo persiguió y la diosa Hathor en serpiente venenosa que picó a los seguidores de Set, cuya sangre tiñó de rojo las montañas.
Set, el más fuerte de los dioses, defendía La barca solar de la serpiente Apep.