Una tradición asegura que el principio de todo fue el soplo o el espíritu y un caos terrible. El espíritu (neuma) se recogió en si mismo con una afición llamada deseo (Photos). Y tal fue el origen de todas las cosas.
De la unión del neuma y de photos nació Moot (limo o putrefacción acuosa), germen de la creación. De dicho limo nacieron Kolpiah («soplo de la boca de dios») y su esposa Baau (la noche primordial). De Kolpiah y de Baau nacieron Eon (el ser) y Protógenos (el primer nacido).
Eon engendró a Genes Y a Genea, y éstos poblaron la Fenicia y elevaron sus manos al Sol, señor de los cielos, Baal-Samin. misma tradición refiere que a los anteriores semidioses se unieron Memrum y Usus.
El primero de ellos introdujo la civilización en Fenicia; el segundo enseñó a los fenicios el arte de navegar.
El culto que se rendía a los dioses fenicios era sangriento, sombrío. Los primeros altares, formados con piedras enormes superpuestas, se alzaron en las cumbres de las montañas.
Los templos erigidos después estaban divididos en dios partes: santuario del dios y el santuario para los adoradores. En aquél únicamente podían penetrar los sacerdotes, y en él eran inmoladas las víctimas: toros, machos cabríos, aves, niños y hombres. Baal-Sarnin, Melkarth y Moloch eran insaciables.Aun cuando parece ser que en épocas modernas los sacrificios humanos eran redimibles por dinero.