En el siguiente relato, los cazadores-recolectores san del Kalahari atribuyen la creación a un ser llamado Dxui: «Dxui era Dxui, el primer espíritu de la creación. Sus obras eran muchas. Cuando salía el sol, Dxui era una flor, y por la noche, un hombre. Al alba era otra flor y al crepúsculo otra vez hombre.
Al día siguiente fue un árbol con abundante fruta. Volvió a ponerse el sol y fue Dxui, un hombre. Cuando Dxui despertó vio el sol por primera vez y descubrió que estaba solo. Entonces se convirtió en árbol, cubierto de fruta pero también de espinas.
Apareció la primera mujer, que intentó coger la fruta, pero el árbol se desvaneció; la mujer gritó, se tendió sobre la tierra y murió. Dxui se convirtió en mosca, después en agua, en otra flor, en ave, en una trampa de aves y en el ser que se comió el ave.
Volvió a transformarse en hombre, al que cazaron otros hombres; se convirtió en una gran ave y voló hasta su padre y su madre. Cuando su padre lo reconoció, Dxui se convirtió en hombre. Murió y se transformó en lagarto, el ser más antiguo.»