En todos los andes se da gran importancia religiosa a lugares sagrados, es decir, espacios físicos dotados de significado mítico y poder sobrenatural, conocidos como huacas.
Pueden ser manantiales, lagos, ríos, rocas, cuevas y montañas, tumbas de antepasados o pueblos abandonados.
Las apachetas, pilas de piedras pequeñas estratégicamente colocadas en senderos o cruces, son un buen ejemplo.
En ellos, los viajeros pueden añadir una piedra, ofrecer hojas de coca o verter chicha (cerveza de maíz) como ofrenda a los dioses locales antes de continuar el camino. Esta antigua tradición vincula a la gente y sus mitos con un paisaje animado espiritualmente.