HUITZILOPOCHTLI

Dios del sol y de la guerra

Huitzilopochtli («el Colibrí del Sur») es una deidad exclusivamente azteca, sin predecesores identificables en otras culturas de Mesoamérica. Dios tribal de la guerra y del sol, era la principal deidad de la capital del imperio azteca, Tenochtitlán. En la imaginería de los códices, su divinidad se muestra en los miembros pintados de azul, plumas de colibrí en la pierna izquierda, flechas adornadas con plumón y cerbatana en forma de serpiente o atl-atl. El nombre del dios refleja su vinculación ritual con la guerra y la muerte: se consideraba a los colibríes almas de los guerreros caídos que acompañaban la imagen solar de su patrón en el viaje cotidiano por el cielo.

Al igual que en el caso de Quetzalcóatl, mito e historia se entrelazan en los diversos relatos sobre los orígenes de Huitzilopochtli y no se sabe si en principio se concebía como divinidad o si se trata de una figura heroica posteriormente deificada. La creencia más generalizada consiste en que fue iniciador y jefe de la emigración de los aztecas desde su tierra natal, cerca de Aztlán, al noroeste de México. Los acontecimientos que rodean el nacimiento del dios en Coatepec podrían interpretarse como una forma de resurrección mítica, la transformación de un hombre en deidad profética, todopoderosa y directriz.

En el curso de su gran migración hacia el sur, hacia el valle de México, los aztecas estuvieron encabezados por cuatro reyes-sacerdotes que llevaban un ídolo de Huitzilopochtli, imagen divina que adivinaba el futuro, aconsejó que se cambiara el nombre de azteca por el de mexica y hablaba con ellos en secreto sobre la ruta a seguir. Según los mitos de migración aztecas, Huitzilopochtli inspiró a sus seguidores con la promesa de que conquistarían a todos los pueblos, se harían amos del mundo conocido y recibirían a modo de tributo piedras preciosas, plumas de quetzal, coral y oro.

La elevación de Huitzilopochtli a la misma posición de otras deidades creadoras más reconocidas queda reflejada en su identificación mítica con el Tezcatlipoca Azul, cuya dirección sagrada era el «sur».