Las mitologías de los pueblos indígenas del Caribe se parecían en muchos sentidos a las de sus vecinos de América Central o del Sur, en general mejor conocidas. En concreto compartían ideas sobre las creaciones sucesivas del cosmos y de la esencia espiritual del mundo físico. Lo que separa estos mitos es nuestro conocimiento fragmentario de ellos y de las bases sociales y físicas de las islas caribeñas en las que florecieron. Para comprender el mito taino es básica la idea de metamorfosis, la capacidad de cambiar el aspecto externo desde la forma animal hasta la humana y viceversa.
También pueden cambiar el comportamiento y los sentimientos, y hay figuras míticas que tienen una fuerza animal sobrehumana, y animales que poseen sensibilidades humanas. Algunos animales pueden ser antepasados tribales, y algunos árboles eran los espíritus o almas de los jefes muertos o caciques. Se creía que las almas de los muertos se ocultaban durante las horas de luz y sólo salían de noche para alimentarse de los frutos de la guayaba. Los mitos taino, como todos, son afirmaciones filosóficas de cómo entendían y explicaban su mundo natural fragmentado. Los hechos del mito taino no suceden de forma lineal, sino en un tiempo mítico, donde los movimientos, la cercanía y la distancia tienen poco sentido.