Se dice que un día algunos hombres se fueron a bañar en el río y entonces empezó a llover con fuerza. Estos hombres estaban ansiosos de poseer mujeres y, aunque ya las habían buscado en muchas ocasiones, no encontraron ninguna.
Ese día, no obstante, miraron hacia arriba y vieron criaturas curiosas que caían de las ramas de los árboles. No eran hombres ni mujeres pues no poseían órganos sexuales. Los hombres las persiguieron pero no pudieron capturarlas. Luego, estos hombres buscaron la ayuda de unos servidores del jefe llamados caracaracol a causa de sus manos ásperas, que podían sujetar seres resbaladizos. Dijeron que había cuatro de estos seres y llegaron otros tantos caracaracol. Tras haber capturado las criaturas asexuadas, los hombres empezaron a cavilar sobre la mejor manera de convertirlas en mujeres.
Buscaron un pájaro llamado Inriri que hace agujeros en los árboles (un pico). Los hombres ataron las manos y pies de estas criaturas, y a continuación sujetaron el pájaro Inriri junto a ellas. El pico creyó que eran árboles y comenzó a taladrar en la zona sexual de las mujeres.
Así es como se cree que se hicieron las mujeres para los hombre taino.