En los seis mundos de los micmac del este de Canadá y norte de Nueva Inglaterra, la misma geografía está dotada de vida.
Las estrellas son personas que cazan a través del cielo; los truenos son poderes del mundo natural y, simultáneamente, personas -los Kaqtukwag- que adoptan tanto la forma humana como de ave. Es su aleteo lo que origina el ruido y los grandes vientos de las tormentas por debajo de ellos mientras vuelan.
Los vientos son también personas, como las estaciones y las direcciones. Las montañas tienen vida, como los lagos y los ríos, y los icebergs que flotan en el mar. Los rasgos extraños del paisaje son personas en las que se piensa con afecto o bien pueden ser aplacadas con regalos.
Los acantilados y rocas aparecen a veces en las historias como "seres transformables" que eligen estas formas cuando quieren ocultarse o descansar. Estas rocas pueden ser seres poderosos y terribles, como descubre Ki'kwa'ju cuando la roca a la que ha molestado comienza a rodar tras él, aplastando el bosque en su camino.
El granizo es la piedra del trueno, que cae del cielo en forma de bolas o incluso como cabezas de flecha o de lanza. Los vientos fríos y las ventiscas son producidos por un gigante que vive en los límites de nuestro mundo y que pasa el tiempo sacando con la pala la nieve y el hielo de su casa.