El personaje más popular de la mitología norteamericana es el burlón o embaucador (trickster). Combina rasgos humanos y animales y es, a la vez, una figura divertida, un guasón, un crédulo alocado y el creador del universo. Esta dimensión queda bien patente en las historias del Cuervo en la costa norte del Pacífico y en los ciclos del Coyote en las grandes llanuras.
El embaucador adopta muchas formas: es la Gran Liebre de los winnabago de Wisconsin, es Nanbush o Glooskap (Gluskap) en el norte y este de Norteamérica (zona de los bosques), es Conejo en el sudeste, Araña en parte de las grandes llanuras y Visón o Arrendajo azul en la costa del nordeste. Sea cual fuera la forma adoptada, el trickster ofrece al cuentista un gran margen de acción y mímica, lo que explica por qué estas historias se han divulgado tanto.
En el ciclo del Cuervo, este personaje es un transformador, dios y bufón a la vez. Su apetito insaciable lo pone en busca de algo para comer, robando comida a los animales. También es un mujeriego incurable, aunque con frecuencia se siente frustrado en su busca.
Como Coyote, no obstante, suele ser creativo e imprescindible para la tribu. De ahí que el nombre de los haida para Cuervo sea El-que-debe-ser-obedecido.