En la filosofía de los norteamericanos nativos, la redondez del tambor simboliza la inseparable unidad del pasado, el presente y el futuro. Esta unidad es un círculo que une a todas las personas. El ritmo del tambor representa los ritmos eternos de la naturaleza. Estos ritmos se reflejan en el modo de hablar del narrador tradicional y en los relatos de los modernos escritores indios.
La tradición oral de los nativos norteamericanos abarca una amplia gama de géneros, desde los simples cuentos con moraleja a la oratoria más elocuente. El contacto con otras culturas y el desarrollo del lenguaje escrito han permitido a los pueblos nativos ampliar aun más sus formas de expresión. En tiempos recientes, la narración mordaz, típica de muchas culturas nativas, ha servido de base para el desarrollo de la creatividad en forma escrita y la aparición de una literatura nativa. Esta literatura nativa no sólo ha servido para mantener vivas las tradiciones: además, ha funcionado como puente entre la cultura nativa y la sociedad blanca predominante.
Probablemente, el medio más directo para comunicar a un extraño las realidades de la vida india sea la autobiografía, de la que existe una larga tradición. El primer libro en el que un autor indio traducía la experiencia nativa para los no nativos fue, casi con seguridad, El hijo del bosque, de William Apess, un mestizo pequot del noreste. En esta autobiografía, publicada en 1829, Apess describía los abusos que él y otros indios habían sufrido a manos de los blancos y explicaba sus creencias religiosas personales. Entre los autores que siguieron su ejemplo, los principales han sido Luther Oso Erguido (lakota), Charles Eastman (dakota santee), John Rogers (ojibwa) y Paula Gunn Alien (laguna pueblo). También algunas biografías han ejercido gran influencia, como sucedió con Alce Negro habla (1923), de John Neihardt, que narraba la vida del visionario lakota Alce Negro.
Sin embargo, tanto esta obra como otras similares carecen de carácter genuinamente indio. El autor, no siendo indio, ha impuesto una estructura narrativa que no es la propia del tema, y eso le hace perder autenticidad.
La primera novela de un escritor indio fue Wynema (1891), de la mestiza creek Sophie Alice Callahan. La obra abordaba temas tribales de gran importancia en su época, como la Danza de los Espíritus y la masacre de Wounded Knee. La novela ha resultado ser un género particularmente fructífero en manos de escritores nativos, varios de los cuales han obtenido un gran éxito, como el kiowa N. Scott Momaday, cuya novela House Made of Dawn ganó el premio Pulitzer en 1968. Otros autores galardonados son Louise Erdrich (ojibwa; ver más abajo), Gerald Vizenor (ojibwa), Wendy Rose (hopi-mi-wok) y Maurice Kenny (mohawk). Uno de los temas más recurrentes en la novela nativa es el problema de la identidad india y la relación con la cultura blanca dominante.
La poesía nativa tiene una conexión más directa con la tradición oral, y poetas como Gerald Vizenor y el creek Joy Harjo se esfuerzan por captar la intensidad emocional y los ritmos del lenguaje hablado nativo. Como casi toda la literatura india, esta poesía contemporánea está escrita en inglés, pero procura mantener los modismos, el espíritu y el contenido de las lenguas nativas norteamericanas.
La palabra escrita es importante, pero no ha sustituido a la tradición oral, que continúa prosperando tanto en inglés como en idiomas nativos, y sirve igualmente para expresar la antigua sabiduría y las condiciones contemporáneas. El lenguaje escrito y el hablado tienen un objetivo común: explicar y dejar constancia de la experiencia de los nativos norteamericanos, tantas veces distorsionada por los blancos o desestimada como cosa carente de importancia.
La novelista Louise Erdrich, hija de madre ojibwa y padre de origen alemán, es uno de los autores nativos contemporáneos más conocidos. Sus obras, muchas de ellas ambientadas en la región de Dakota del Norte donde se crió, han recibido muy buenas críticas en Estados Unidos y otros países. Erdrich aborda varios de los problemas actuales de los nativos norteamericanos, en particular el esfuerzo por mantener la identidad india sin dejarse vencer por la abrumadora presión impuesta por la cultura blanca dominante.
Este problema, que complica las relaciones entre generaciones, constituye la base de la aclamada saga familiar en cuatro volúmenes formada por Love Medicine (1984, ganadora del Premio Nacional del Círculo de Críticos Literarios y del premio al mejor libro del Los Angeles Times),The Beet Queen(1986), Tracks (1988) y The Bingo Palace (1993).