Al principio, la tierra era plana, sin montañas ni árboles, y estaba llena de monstruos caníbales. Y entonces llegó el Transformador. Los qhilleute dicen que era el visón inteligente y poderoso; los makah dicen que fue el cuervo y las gentes de Puget Sound hablan del zorro. Los chehalis creen que fue la Luna convertida en ser humano, y los tillamook lo representan como mujer.
Hasta Alaska por el norte y las Rocosas por el este, las tribus hablan del Transformador en términos diferentes.
Allí donde el Transformador acampaba aparecían arroyos y manantiales que nunca se secaban. Él levantó las montañas. Construyó los acantilados rocosos de la costa pacífica, descargando un saco de peines de madera como los usados por la gente para el cabello. Robó el Sol del avaro que lo custodiaba y lo lanzó al cielo.