En las áridas tierras del suroeste, las ceremonias para invocar la lluvia figuran entre los acontecimientos más importantes de los rituales anuales. Los más significativos son realizados por sociedades sagradas especializadas, como los danzantes de las serpientes hopis, cuyos ritos de una semana se celebran cada dos años a finales del verano. Los hopis creen que, en virtud de su forma sinuosa, la serpiente está emparentada con los relámpagos que preceden la lluvia. Pretenden que las danzas sean una gran muestra de respeto comunitario hacia los ofidios para que produzcan la lluvia que permita los cultivos.
Durante los cuatro primeros días de la ceremonia, los miembros de la sociedad se internan en el desierto con el propósito de capturar serpientes y trasladarlas a la aldea. Los dosdías y las dos noches siguientes los miembros de las sociedades sagradas de los hopis representan ritualmente los acontecimientos primordiales en el interior de una kiva o cámara ceremonial. El resto de la celebración se dedica a carreras, danzas (los sacerdotes sujetan con la boca serpientes, incluso letales ejemplares de cascabel) y a la bendición final. Los ofidios son recogidos y devueltos al desierto.A finales del siglo XIX, las fotos de las danzas de las serpientes se popularizaron tanto entre los norteamericanos blancos que el ejército de fotógrafos que competían entre sí era más numeroso que los danzantes y alteraban los rituales sagrados. A la larga, los hopis impusieron la prohibición -que en el presente sigue en vigor- de que durante las ceremonias los forasteros no tomasen fotos.