LOS ORÍGENES DE LA HUMANIDAD

La creación de los primeros seres humanos suele atribuirse a una o más divinidades, que también participaron en la creación del resto del mundo. Los paunís, por ejemplo, cuentan que Tirawa («Arco del Cielo»), la deidad primordial, ordenó a las divinidades de la Luna y el Sol que se uniesen para hacer al primer hombre, y a otro tanto a las Estrellas Vespertina y Matutina, de las que nació la primera mujer. Según algunos pueblos del sureste, la deidad suprema creó a los dioses Madre Tierra y Padre Cielo , que engendraron a los primeros seres vivos, los humanos incluidos.

Los hopis creen que dos deidades gemelas crea-mi con barro primero los animales y después a los seres humanos, y les dieron vida entonando un cántico ritual.

Según los iroqueses y los hurones de los bosques, el primer antepasado humano fue una mujer, Ataensic, hija de las Gentes del Cielo, divinidades que bajaron i la tierra, y también los navajos creen que los seres humanos descienden de una mujer.

Los mitos de «emergencia» de los indios pueblo y otros habitantes de las llanuras relatan con toda claridad cómo llegaron los seres humanos al mundo actual. Reflejo de las preocupaciones de una sociedad agrícola, los mitos presentan la tierra como madre fértil y criadora todopoderosa que pare personas, animales y plantas (véase el ejemplo hopi).

Los cuentos contienen una guía moral implícita, pues los seres humanos se ven obligados con frecuencia a ascender al mundo superior a consecuencia de sus malos actos. En algunas versiones, tales transgresiones provocan la destrucción de los mundos inferiores, en los que apenas quedan supervivientes. Los seres humanos se expandieron hasta sus hábitats actuales desde el punto en el que emergieron.

Según donde se cuente el mito, a los seres humanos los dirigen en su viaje a los mundos superiores la Madre Maíz o la Mujer Araña (ambas divinidades representan a la tierra), deidades gemelas o héroes.