LOS PAYASOS SAGRADOS

Muchos grupos aborígenes cuentan con especialistas respetados a los que denominan «payasos sagrados», que en las ceremonias sufren transformaciones y se convierten en figuras ridículas y provocan el caos.

Por ejemplo, durante la ceremonia de los mándanos, la figura del Tonto deleitaba al público imitando a un macho de bisonte en pleno acoplamiento antes de ser expulsado sin miramientos de la aldea.

Con frecuencia el comportamiento de los payasos pretendía ser instructivo y educar con el mal ejemplo. El zuñí Koyemshi criticaba la avaricia a través de su grotesca glotonería. El lakota Heyoka resultaba todavía más ridículo: por ejemplo, montaba a caballo mirando hacia atrás o se zambullía en el agua helada y se quejaba de lo caliente que estaba.