El mito de creación más extendido habla de un animal que llega hasta el fondo del mar en busca de barro. El pato (o el cuervo, colimbo, foja, visón, águila, halcón) trae el barro en su pico y de ahí surge toda la tierra. En un mito cheyenne, se dice que la tierra descansa sobre el lomo de la Abuela Tortuga.
La historia del buceador en busca de tierra está relacionada con los relatos sobre el diluvio, debido bien a lluvias torrenciales o a las lágrimas de los del mundo superior que lloran por las malas acciones cometidas en la tierra.
En la mayoría de los mitos, la humanidad es creada a partir de arcilla (hopi) o hierba, de plumas, palos o panochas de maíz. El hombre aparece también de los huesos de los muertos, del sudor del Creador o es, simplemente, fruto de un deseo.
Algunas tribus presentan el matrimonio de los dioses: la Madre Tierra con el Padre Cielo, el Sol con la Luna, el Lucero del Alba con el vespertino. Según los iroqueses y los hurones del nordeste, y los navajos del sudoeste, el primer ser fue una mujer.
Los micmac del este de Canadá entienden la creación como un fluir constante. Su universo consiste en seis mundos: el mundo bajo la tierra, el mundo bajo el agua, el mundo de la tierra, el mundo de los espíritus, el mundo sobre la tierra y el mundo sobre el cielo. La realidad nunca es algo constante, cambia según la voluntad de las gentes.