Además de la influencia de las poblaciones del sur de China, también India dejó su marca en el Sudeste Asiático. Los comerciantes indios frecuentaron los centros costeros y hubo interacciones entre las cortes de India y del Sudeste Asiático. Desde el inicio de la era cristiana se fueron filtrando las religiones y cosmologías budista e hindú en los grupos más cosmopolitas de la región.
El budismo sigue siendo prioritario en Birmania, Tailandia, Laos y Camboya, y también se practica en Vietnam.
En el siglo XIV, el islam, propagado por los comerciantes árabes, comenzó a ser adoptado en Sumatra, Java y Malasia, donde aún en la actualidad es la religión principal.
En las zonas altas más remotas, estas ideas tuvieron poco impacto y los grupos tribales conservaron sus creencias y costumbres propias.
Vietnam, cuya parte norte fue controlada por dinastías chinas desde 111 a.C., conserva gran parte de su cultura china a pesar del feroz nacionalismo de los vietnamitas, que desterraron a los chinos en el año 938 d.C.
La influencia directa de India se limitó a la parte sur de Vietnam y al antiguo reino de Champa, aunque el budismo chino, introducido en Vietnam desde el norte, fue sin duda el resultado de ideas indias que llegaron a China en fecha muy antigua.