EL CICLO DE IZUMO

El descenso de Susano a la tierra.

Al ser desterrado de los cielos, Susano descendió a la tierra, al reino de Izumo, y la primera aventura que vivió allí constituye el vínculo con un grupo de mitos localizados en esta región que se conocen como ciclo de Izumo. El protagonista es la deidad principal de la región. Okuninushi (o Daikokusama), el «Gran Señor del País», descendiente de Susano y Kusa-nada-hime, y posiblemente hijo suyo.

En su exilio, Susano llegó a la cabecera del río Hi y al ver unos palillos flotando en sus aguas dedujo que debía de haber gente viviendo en sus orillas y se propuso encontrarla. Al poco se topó con una pareja mayor y una hermosa joven que lloraban inconsolables y que le contaron que un ser de ocho colas y ocho cabezas llamado Yamato-no-orochi había devorado a siete de sus ocho hijas y estaba a punto de apresar a la más joven, Kusa-nada-hime («Princesa del Arrozal»). El dios les reveló su identidad y se ofreció a matar al dragón a cambio de que le concedieran en matrimonio a Kusa-nada-hime. La pareja accedió y Susano convirtió a la princesa en una peineta, que se colocó en uno de sus moños. Después ordenó que llenaran ocho grandes tinajas con sake (licor de arroz) y que las colocasen sobre ocho plataformas rodeadas por una valla con ocho entradas.

Cuando llegó Yamato-no-orochi metió sus ocho cabezas por las ocho coberturas y se puso a beber el sake. Susano esperó hasta que el monstruo se emborrachó, salió de su escondrijo y lo hizo pedazos con su espada. Cuando cortaba la cola del medio descubrió en su interior la famosa espada que más adelante se llamaría Kusanagi, o «Cortacésped» y después devolvió a Kusa-nada-hime su forma humana y construyó un gran palacio en Suga, en Izumo.