El mundo subterráneo de los muertos también se conoce como la Tierra de la Oscuridad (Yomi-tsu-kuni), la Tierra de las Raíces y la Tierra Profunda.
La descripción de Yomi que aparece en el Kojiki podría reflejar la costumbre prehistórica japonesa de tirar a los muertos en cámaras profundas rodeadas de piedras en el interior de grandes túmulos (kofun), y el hecho de que Izanagi tapara la entrada de Yomi con un enorme canto rodado quizá sea un eco del sellado de tumbas, así como una metáfora de la infranqueable barrera entre la vida y la muerte. Existen sorprendentes semejanzas entre este relato y los mitos griegos: el de Perséfone, quien al ingerir semillas de granada en el Hades se ata a la tierra de los muertos en invierno, y el de Orfeo, que intenta rescatar a Eurídice del mismo lugar.
Los expertos siguen debatiendo en la actualidad si los elementos de estos mitos griegos se difundieron hasta Japón o si los paralelismos reflejan una tendencia general en la mitología de la humanidad. En muchas culturas se cree que al comer el alimento de los muertos se crea un vínculo con ellos.
Cuando Izanami ve a su marido a la entrada de la tierra de los muertos le dice que ojalá hubiera venido antes porque ya «ha comido en el hogar» de allí, acto que podría explicar su dramática transformación, de amante esposa en demonio monstruoso.