Japón. Pese a su escaso tamaño el «niño melocotón» mostraba un gran coraje. Al cumplir quince años decidió agradecer a sus padres adoptivos el buen trato recibido para lo que marchó a una isla cercana donde vivían algunos onis que, de cuando en cuando, cometían todo tipo de fechorías aterrorizan do a todos los vecinos. Salió acompañado por un perro, un pájaro y un mono. Los cuatro cogieron un barco para llegar a la isla de los demonios, donde éstos retenían a las jóvenes después de secuestrarlas y violarlas. Momotaro mató a aquellos seres sobre naturales, llenó la embarcación con tesoros recuperados y liberó a las prisioneras, regresando triunfalmente a su pueblo.
Uno pareja sin hijos encontró un melocotón flotando en un arroyo. Al abrirlo descubrieron que dentro habitaba un diminuto niño al que llamaron Momotaro o «niño melocotón». Fue criado como un hijo.