El dios que luego fue conocido como Okuninushi vivía en Izumo con sus 80 hermanos, siendo él el más ¡oven. En la tierra vecina de Inaba había una hermosa princesa llamada Ya-gami-hime y los 80 hermanos querían casarse con ella. Decidieron cortejarla juntos, aceptando a regañadientes que Okuninushi fuera su porteador.
Cuando los hermanos llegaron a Inaba, se cruzaron con un conejo sin pelo, con la piel roja y áspera, que se retorcía de dolor en una playa. Como eran de naturaleza maliciosa, los hermanos le dijeron al conejo que su pelo crecería de nuevo si se lavaba en agua con sal y luego dormía en la parte alta de una montaña azotada por el viento. El conejo lo probó, pero sólo empeoró las cosas.
Algo después llegó Okuninushi, cargado con el equipaje de sus hermanos. Vio al desgraciado conejo y le preguntó por qué estaba llorando. El conejo le contó la crueldad de los 80 hermanos y cómo había perdido su pelo. Después explicó a Okuninushi que había nacido en Inaba, pero una inundación se había llevado todo el bambú en el que vivía. Se había sujetado a una caña de bambú y llegó flotando hasta la isla de Ok¡. Tras un tiempo se sintió solo y quiso volver a Inaba, pero no había forma de cruzar el mar.
Un día, aparecieron algunos cocodrilos y urdió un plan. Fue deliberadamente rudo con ellos, vanagloriándose de que había muchos más conejos en el mundo que cocodrilos. Para zanjar el tema, los cocodrilos decidieron formar una cadena desde la isla a Inaba. El conejo les dijo que correría sobre ellos y los contaría, sin embargo cuando llegó al final, se puso a reír y les dijo a los cocodrilos que les había engañado, que sólo deseaba usarlos como puente. Furioso, el cocodrilo más cercano a la tierra agarró al conejo y lo despellejó.
Okuninushi le dijo entonces que se bañara en agua pura de la desembocadura de un río cerca de la playa, y que luego se tumbara sobre la hierba tierna. El conejo así lo hizo y, al momento, recuperó su pelaje blanco. En señal de gratitud, el conejo, que era en realidad un dios, le dijo a Okuninushi que sus hermanos no conseguirían casarse con la princesa Ya-gami-hime, pero él sí, y que sus hermanos se convertirían en sus criados.