En los santuarios sintoístas aún están presentes los tres símbolos religiosos más importantes asociados con los dioses japoneses: el collar magatama, unas curiosas piedras en forma de coma, como las dadas a Amaterasu por Izanagi como símbolo de soberanía; un espejo metálico que representa el usado por los dioses para sacar a Amaterasu de su cueva; y una espada que simboliza la Kusanagi hallada por Susa-no-o y luego en poder de Jimmu, el primer emperador japonés. Los santuarios sintoístas suelen estar marcados con avenidas de árboles o rocas y una puerta sagrada, o toríi, a través de la cual entran los dioses en el mismo santuario.