Su historia se narra en el centro de Java. Esta princesa devota era cortejada por un príncipe local, pero ella no quería casarse con él y le impuso la tarea imposible de construir 1.000 templos en una sola noche.
Con ayuda de una especie de gnomos, que sólo salían de noche, el príncipe casi lo consiguió, pero para engañarlo, Loro Jonggrang y sus doncellas comenzaron a pesar el arroz. Esta tarea, que solía hacerse al alba, hizo cacarear a los gallos y los gnomos huyeron, temiendo la luz del día que los convertía en piedra. Por ello el príncipe no se llevó la mano de la princesa. Furioso, la maldijo y ésta se convirtió en la estatua de piedra de la diosa Durga que aún está en el templo norte de Prambanan.
La llegada del islam al sur también se recuerda en un mito. Un santo musulmán apareció ante el raja hindú del oeste de Java y profetizó que sería el último gobernante hindú, pues una nueva religión pronto barrería la zona. Esta profecía se hizo realidad pues el islam no tardó en dominar las tierras bajas de Java y los últimos hinduistas huyeron a Bali.