Nació: en Hesse, Alemania, el 12 de junio de 1929. Falleció: en Bergen Belsen, Alemania, el 12 de marzo de 1945.
Anna Frank fue una niña judía, que merece figurar entre grandes mujeres. Oculta, escribió un diario narrando su experiencia bajo el nazismo.
Anna (o Ana) Frank tenía trece años cuando se desató la persecución y el asesinato sistemático y de más de 6 millones de judíos, que perpetró el régimen nazi. La pequeña murió en un campo de concentración, pero antes pasó dos años escondida junto a su familia y escribió su célebre Diario, que refleja su conmovedora historia y fue publicado tras su muerte. En la actualidad, el libro es un clásico juvenil y representa la promesa que se perdió con los niños muertos como consecuencia de ese desastre.
Cuando los nazis tomaron el poder en 1933, en Europa vivían más de nueve millones de judíos, la mayoría en países que la Alemania nazi ocuparía o dominaría a lo largo de la II Guerra Mundial. A medida que la tiranía nazi se propagaba, los alemanes y sus colaboradores perseguían y asesinaban a millones de personas. Como parte de esta política, con el objeto de concentrar y controlar a los judíos y facilitar su posterior deportación se crearon ghettos, campos de tránsito y campos de trabajos forzados de los que poca gente salió con vida. Al término de la guerra, dos de cada tres judíos europeos habían sido asesinados.
Los Frank eran una familia judía alemana de clase media alta. Vivían en la ciudad de Fráncfort del Meno, pero con la llegada de Hitler al poder se trasladaron a Holanda para protegerse del régimen alemán y de su política antijudía. Allí, Otto Frank, el padre, instaló una pequeña fábrica y por siete años estuvo a salvo junto a su mujer y sus dos hijas en el nuevo hogar. Hasta que los alemanes ocuparon Ámsterdam y dieron comienzo a la deportación de judíos a los campos de exterminio. Entonces, conscientes del peligro que corrían, los Frank se escondieron junto a otras cuatro personas que también eran de origen judío, y durante los dos años siguientes vivieron en secreto en un desván, confinados.
El grupo de refugiados subsistió gracias a la colaboración de algunos amigos, que contrabandeaban comida y ropa corriendo un enorme riesgo. Sin embargo, el 4 de agosto de 1944 la Gestapo, alertada por un vecino holandés no identificado, descubrió el escondite y los Frank fueron arrestados y enviados primero al campo de Westerbork y luego a Auschwitz-Birkenau. La pequeña Ana y su hermana Margot finalmente fueron transferidas al campo de Bergen-Belsen, y ambas murieron de tifus debido a la falta de higiene y a las condiciones deplorables en las que se encontraban, un mes antes de la liberación. La madre de Ana fue asesinada en Auschwitz, de modo que el padre fue el único que salió vivo de la masacre.
Durante la temporada que pasó escondida, Ana Frank escribió en su diario íntimo lo que pensaba de la vida desde su mirada adolescente, y llevó detallada cuenta de sus reflexiones cotidianas, de sus miedos y esperanzas y de todo lo vinculado con su corta experiencia. El manuscrito fue encontrado en el desván secreto por uno de los protectores después de que la familia fuera arrestada, y fue guardado a la espera de que Ana regresara. Sin embargo esto nunca sucedió, y fue Otto Frank quien lo recibió y se encargó de publicarlo después de la guerra, difundiendo la palabra de su joven hija. Desde entonces, El Diario de Ana Frank fue traducido a más de cincuenta idiomas y dio la vuelta al mundo, sensibilizó al público y se convirtió en uno de los libros más leídos de su tiempo.
El diario personal de aquella niña se publicó como libro por primera vez en holandés en el año 1947 como Het Achterhuis (La casa de atrás), y se tradujo al español recién en 1955 bajo el título Las habitaciones de atrás. Cuatro años más tarde fue llevado al cine y luego adaptado como una serie de televisión en los Estados Unidos. Con el tiempo, también se hicieron versiones musicales y obras de teatro. Hoy ya se lo conoce universalmente como El Diario de Ana Frank.