Nació: en Torquay Inglaterra, el 15 de septiembre de 1890. Falleció: en Oxfordshire, el 12 de enero de 1976.
Aqatha Cnristie fue una de las escritoras más leídas en la historia de la literatura inglesa y su obra es una referencia indiscutible de la novela policíaca.
La creadora del célebre detective Hércules Poirot, nació al final de la era victoriana, y añoraba ese clima. De modo que hizo de su ficción una serie de juegos con solución calculable en los que el bien y el mal estaban delimitados y el caos hallaba su explicación gracias a la intervención aguda de un personaje. Sus novelas, llenas de crímenes y misterios, encontraron en el género detectivesco la forma de restituir el orden al final, y la convirtieron en un personaje legendario.
El pasaje del siglo XIX al XX estuvo signado por cambios drásticos. Darwin desbarató la tranquilizadora imagen del primer hombre y la primera mujer creados por un dios esencialmente bueno, e introdujo la inquietante idea de la evolución según la cual el ser humano era una versión apenas mejorada del animal más primitivo. Por otro lado, los avances científicos ofrecían respuestas pero también llenaban de aprensión. Einstein completó el cuadro llevando a la humanidad al límite de la desconfianza con su teoría de la relatividad.
A este mundo desconcertante llegó Agatha Christie, de la mano de un padre que dilapidó la fortuna familiar y a su muerte dejó a su mujer y a su pequeña hija en la ruina, y de una madre que tras enviudar quedó sumida en una depresión profunda y se aferró a su única hija como a un salvavidas en el medio de la nada. Sin embargo, nada de esto hizo mella en el ánimo de esta dama excepcional en su género, que se entregó a la vida, a los viajes y a la literatura con extrema pasión.
Su espíritu aventurero la emparentó con el aviador Archie Christie, con quien contrajo matrimonio, tuvo una hija, dio la vuelta al mundo y compartió su vida hasta que el volátil Archie le pidió el divorcio para poder casarse con una señorita con la que jugaba al golf. Por entonces Agatha Christie ya era una escritora de éxito y cuando su mundo se vino abajo (el pedido de Archie coincidió con la muerte de su madre), desapareció. La encontraron más de una semana después alojada en un hotel balneario. Había perdido completamente la memoria, pero la recuperó al cabo del tiempo con ayuda psiquiátrica.
Este episodio nebuloso en la vida de Agatha Christie se presenta como el contrapunto del ambiente que reina en sus novelas: allí todas las piezas encajan sin fisuras, más tarde o más temprano la verdad se descubre y es finalmente la intervención humana la que engarza los eslabones y permite que los más enrevesados enigmas se terminen por aclarar.
Entre sus numerosos libros se cuentan 79 con temática policial. Además, escribió 6 novelas bajo el seudónimo de Mary Westmacott, cuya trama sentimental y estilo despojado contrastan con las que pertenecen al género detectivesco. También escribió cuentos, obras de teatro y una autobiografía. En ella recrea algunos de los viajes que hizo con quien fuera su segundo marido, el arqueólogo Max Mallowan, y se muestra sin resquemores en cuerpo y alma: extravagante, vital y divertida, demasiado inteligente como para ser una provinciana convencional como algunos la describieron, y demasiado sensible como para encajar en la imagen de esa dama fría y desapegada de la existencia que en ocasiones el mito ha alimentado.
Agatha Christie murió poco después de publicar la que fue su última novela. Tenía ochenta y cinco años.
El misterioso caso de Styles, de Agatha Christie, fue la primera novela de una serie que haría historia. Allí hizo su aparición estelar Hércules Poirot, un pintoresco hombrecito con cabeza de huevo y llamativo bigote, antiguo miembro de la policía belga habituado a vestir tan pulcramente que una mota de polvo le hubiera impactado más que una bala, y que se convirtió en uno de los detectives de ficción más populares de todos los tiempos.