Nació: en Park House, Inglaterra, el 1 de julio de 1961. Falleció: en París, Francia, el 30 de agosto de 1997.
Diana Spencer fue la primera esposa de Carlos de Gales, de quien se divorció y al cabo de lo cual murió de forma insólita, comprometiendo a la corona británica.
Contrajo matrimonio con el príncipe Carlos, heredero de la corona británica, pero se divorció perdiendo su condición de Alteza Real, aunque conservó el título de princesa. Apoyó causas como la asistencia a las víctimas del sida. Luchó contra el uso de minas antipersonales; hizo campañas en favor de los niños de África; apoyó la labor de Nelson Mandela, del Dalai Lama y de la Madre Teresa, y presidió numerosas fundaciones. Su muerte desató la polémica y la convirtió en un mito de la cultura británica.
Diana Frances Spencer, la princesa de Gales, más conocida como lady Di, creció en una familia de la pequeña nobleza en Sandringham, donde fue educada por institutrices. Tras el divorcio de sus padres, cuando tenía siete años, vivió en internados en los que completó parte de su formación. Luego estudió en Suiza y al cabo se radicó en Londres, y trabajó para diversas empresas hasta que conoció al príncipe Carlos.
Cuando el portavoz del Palacio de Buckingham anunció el compromiso, la joven se trasladó a la residencia real. La boda de Diana Spencer y el príncipe fue el acontecimiento del año y fue seguido en televisión por millones de espectadores, obnubilados con la gracia de la futura soberana y los brillos de la aristocracia europea. Nada hacía presagiar que lo que parecía un cuento de hadas tendría un final tan aciago.
Al año siguiente Diana dio a luz al primogénito, Guillermo, y al poco tiempo comenzó una seguidilla de viajes cumpliendo con las exigencias que le imponía su condición. Enrique, el segundo de los príncipes, nació al cabo de dos años, y Diana tuvo cada vez más dificultades para combinar el cuidado de sus hijos con los innumerables compromisos oficiales. Por otro lado, su relación con Carlos se resquebrajaba. Pero de cara al público eran la familia perfecta.
Sin embargo, la prensa sensacionalista los seguía demasiado de cerca como para guardar por mucho tiempo las apariencias, y la crisis matrimonial se convirtió en un secreto a voces. Diana comenzó a viajar sola.
Se multiplicaron los rumores de separación y finalmente salió a la luz la verdad detrás de las evidencias: Carlos mantenía una relación con Camila Parker Bowles, una antigua amiga, y su matrimonio con lady Di era poco más que una mascarada.
Los príncipes se separaron y el episodio dio lugar a una guerra frenética de acusaciones entre los que defendían a la princesa y quienes intercedían en favor de la casa real británica. Cada uno daba su propia versión alimentando a una prensa rosa que no tuvo reparos en lucrar con el drama. Pero de a poco la tensión se fue disipando. Diana comenzó su célebre campaña en favor de organismos humanitarios y se dedicó a asistir a actos prestando su apoyo a los sectores marginales. Mientras tanto, la prensa seguía escudriñando en busca de detalles escabrosos y fue ventilando sus descubrimientos: la lista, real o inventada, de los romances que empezaba y terminaba la princesa Diana fue en aumento. La realeza estaba escandalizada.
El último amante de Diana fue el millonario egipcio Dodi Al Fayed, junto a quien perdió la vida en un absurdo accidente automovilístico. En principio, se dijo que trataban de evitar el asedio de los paparazzi y circulaban a velocidad excesiva. Sin embargo, para muchos era evidente que detrás del suceso había intencionalidad. Cosa que nunca pudo ser probada.
La vida de Diana Spencer, tanto durante su matrimonio con el príncipe Carlos como después de su separación, fue seguida a pie juntillas por la prensa. Sus apariciones públicas convocaban a cientos de medios, y su peinado y vestimenta eran imitados por un sinfín de admiradores. Se dice que Diana generó cifras millonarias en publicidad a los fabricantes de los artículos que utilizaba en los eventos públicos. La Dianamanía continúa en gran parte tras su muerte.