Nació: en Egipto, c. 1397 a. C. Falleció:en Egipto, c. 1336a. C.
Nefertiti fue una reina egipcia de enorme belleza y personalidad imponente que estuvo casada con Akhenatón, con quien impuso entre sus súbditos el monoteísmo.
Cumplió un rol fundamental en la revolución religiosa que llevó adelante su esposo, el faraón Amenofis IV, luego llamado Akhenatón. Reinó en Egipto aproximadamente en el 1382 a.C. y gozó de enorme poder. Durante su reinado, exhortó a su pueblo a rendirle culto a Atón (el Sol), por lo que los egipcios tuvieron un dios único en ese tiempo. Ejerció tanta influencia que en ese periodo se veneró a la mujer, a la familia, a la pareja y a ella misma como modelo de fortaleza y virtud femeninas.
Se destacó por su papel político y religioso. Se cree que era hija de Ay, sucesor de Tutankamón, y se sabe que contrajo matrimonio con Akhenatón, con quien tuvo seis hijas que fueron retratadas en las frecuentes representaciones monumentales de escenas domésticas que se realizaron durante su reinado. Estas imágenes, en las que el faraón se presenta con su familia, tienen un evidente contenido político.
Entre los egiptólogos el papel de Nefertiti es discutido. No hay acuerdo en cuanto al peso que tuvo en el llamado Cisma de Amarna, que revolucionó la sociedad y la cultura egipcia. Para algunos se limitó a secundar las decisiones de su marido, pero otros consideran que ella fue el motor de cuanto sucedió. Se sabe, no obstante, que fue corregente de Akhenatón, caso singular en la historia egipcia, y que cuando éste murió le sucedió alguien con una distinguida apariencia femenina, en la que algunos han visto a la mismísima Nefertiti. Sea como fuere, ella estuvo a la par de su marido y él la elevó al cargo de gran esposa real, especie de reina-faraón
Sin embargo, aproximadamente en 1336 a. C. esta imponente presencia desaparece de los escritos, papiros y grabados de entonces. Unos aducen que fue víctima de una muerte violenta tras la cual el faraón prohibió su nombre e imagen; otros creen que perdió su influencia a partir de algo que desagradó a los egipcios. Se ha dicho, incluso, que tuvo diferencias insalvables con el faraón y por este motivo se recluyó en su palacio junto a sus hijas. Pero se desconoce cuál es la auténtica razón.
Lo cierto es que esto coincide con otros acontecimientos: Kiya, también esposa de Akhenatón, desapareció en la misma época; a la par se produjo el ascenso de la princesa Meritatón a gran esposa real, hecho que coexiste con la súbita aparición de la misteriosa figura de Semenejkara, nuevo corregente del faraón. El escenario cambia drásticamente.
Sin embargo, hay quienes plantean que esto es consecuencia del ascenso de la propia Nefertiti, que convertida en faraón y necesitando una gran esposa real para salvar las apariencias corona a su propia hija. En cuanto a Kiya, se dice que habría caído en desgracia.
Tras la muerte de Akhenatón, Semenejkara reinó durante un corto periodo, hasta que fue sucedido por Tutankamon, para algunos el hijo de Akhenatón y de Kiya, quien se casó con la tercera hija de Nefertiti. Aquellos que asocian a Semenejkara con Nefertiti, sostienen que dada la juventud de la nueva pareja real ella misma gobernó a la sombra influyendo sobre ellos. De ser esto cierto, sin embargo, se sabe que al tercer año del reinado de Tutankamon algo, quizás la muerte, puso fin a esa influencia, pues en ese momento el faraón renegó del culto monoteísta.
El protagonismo de esta soberana fue equiparable al de su esposo: los relieves y estelas del palacio de Akhenatón demuestran que ocupaba un lugar de importancia semejante al del faraón en las ceremonias religiosas. Por otro lado, su figura llega a tener un tamaño más que significativo, y es retratada conduciendo su propio carro, obsequiando collares a sus súbditos o golpeando a sus enemigos con una maza.