Nació: en Chimel, Guatemala, el 9 de enero de 1959.
Rigoberta Menchú de extracción campesina y miembro de una comunidad indígena, es una activista guatemalteca, líder de origen maya-quiché y Premio Nobel de la Paz, dedicada a la lucha por los derechos humanos.
Rigoberta Menchú fue testigo y víctima desde muy joven de las injusticias que padecía su pueblo, y se comprometió con esta realidad. Frente a la opción armada en la que muchos vieron una salida, ella optó por la denuncia pacífica, destacando por su liderazgo ante las luchas sociales en el ámbito nacional e internacional. Por todo lo cual su trayectoria fue reconocida en el año 1992 por la Fundación Nobel, y se convirtió en la persona más joven en recibir el reconocimiento de esa institución
Rigoberta nació en una familia campesina de la etnia que produjo el célebre libro Popol Vuh, y desde pequeña fue testigo de la pobreza en la que vivían los indígenas de su país, de la discriminación que sufrían y de la represión con la que se sofocaba de manera sistemática los reclamos de justicia social por parte del campesinado. Por otro lado, junto a ese pueblo aprendió el valor y la importancia de la vida en comunidad.
Frente a esto sus hermanos se unieron a la guerrilla, pero Rigoberta era partidaria de reclamar pacíficamente y optó por la denuncia, señalando la violación de los derechos humanos por parte del régimen, adoptando una postura ideológicamente cercana al cristianismo revolucionario de la teología de la liberación.
Uno de sus hermanos fue secuestrado por el ejército y presuntamente asesinado. Luego su padre murió en la Embajada de España durante una manifestación. Y también desapareció su madre, aunque el caso nunca se esclareció pero se supuso asesinato precedido de secuestro. Cada una de estas pérdidas la marcó, pero las convirtió en un motivo para sustentar su lucha en favor de la justicia y contra la impunidad.
Rigoberta no deseaba contarse entre las víctimas de la política del terror que su país había puesto en marcha, y escapando de la represión se exilió en México. Allí escribió y publicó su autobiografía en 1983, y a partir de entonces su figura comenzó a ganar cierta notoriedad. Aprovechando lo cual se dedicó a propagar su mensaje y finalmente fue escuchada en las Naciones Unidas. Tras convertirse en una personalidad reconocida logró que su prestigio internacional la protegiera y en 1988 regresó a Guatemala para continuar trabajando.
Rigoberta Menchú ha dedicado su vida a luchar a favor del respeto a los derechos humanos, y de forma particular a los derechos de los Pueblos Indígenas. En 1992 su labor fue reconocida con el Premio Nobel de la Paz. Esto coincidió con el quinto centenario de la conquista y colonización de América, celebración a la que Rigoberta se opuso por considerar que pasaba por alto las consecuencias trágicas que este acontecimiento tuvo para los indios americanos.
La obtención de este importante galardón le permitió a Rigoberta contar con apoyo para impulsar nuevas iniciativas y trabajar por el esclarecimiento de causas vinculadas con las víctimas del régimen guatemalteco. Por otro lado, junto con sus colaboradores conformó la Fundación Rigoberta Menchú, a través de la cual brinda apoyo a las poblaciones desfavorecidas alentando proyectos vinculados a la educación, la producción y la infraestructura.
Rigoberta Menchú ha recibido decenas de premios, como el de la UNESCO «Educación para la Paz», la Legión de Honor de manos de Jacques Chirac y el Príncipe de Asturias, a lo que se suman numerosos Doctorados Honoris Causa en diversas universidades del mundo.
Rigoberta Menchú se presentó como candidata a la presidencia de Guatemala por el partido «Encuentro por Guatemala» en las elecciones de 2007, y obtuvo el 3% de los votos. En 2011 fue nuevamente candidata presidencial de una alianza de partidos de izquierda denominada «Frente Amplio», conformada por Winaq, URNG- Maíz y ANN. Según el tribunal, dicha alianza obtuvo un total de votos equivalente apenas al 3% del total.