Hace mucho tiempo, en la pequeña isla de Oijon, en el lago Baikal, donde desemboca el río Judar entre arboledas de abedules, Jori Tumed vio nueve cisnes que venían volando por el noreste. Quitándose el traje de plumas se convirtieron en nueve hermosas muchachas que se bañaron desnudas en el lago.
Silenciosamente, Jori Tumed se apoderó de uno de los trajes, de modo que sólo ocho de los cisnes pudieron seguir su viaje, y se casó con el que tuvo que quedarse. Le dio 11 hijos. Eran muy felices juntos, pero Jori Tumed nunca permitió que su mujer supiera dónde había escondido el traje de cisne. Un día ella le volvió a pedir: "Por favor, deja que me ponga mi antiguo traje.
Si intento irme con él por la puerta, fácilmente puedes impedírmelo; no hay peligro de que me escape".
Convencido, le dejó que se lo pusiera, y repentinamente ella echó a volar y escapó por el agujero para la salida del humo del ger. Jori Tumed justo tuvo tiempo para agarrarla por las patas, y le pidió que se quedase por lo menos hasta poner nombre a sus hijos. Y así fue como sus 11 hijos se convirtieron en personas: Jovduud, Gaizuut, Jalbin, etc. Entonces Jori Tumed dejó que su mujer cisne se fuera, y ella voló en torno a la tienda implorando bendiciones sobre su familia antes de desaparecer en dirección noreste.