Es creencia popular que el místico indio Padmasambhava surgió milagrosamente en forma de niño de 8 años del corazón de una flor de loto en el lago Dhanakosha, en Oddiyana, el actual valle de Swat de Pakistán.
Criado por el rey de Oddiyana como si fuera su propio hijo, Padmasambhava gozó de todos los lujos de la vida palaciega hasta que llegó el momento de su gran renuncia. Habiendo asesinado a un ministro del rey, fue expulsado del reino y condenado a vivir como un asceta penitente en los temibles terrenos funerarios situados más allá de las poblaciones humanas.
Se cuenta que allí conversó con seres sobrenaturales y obtuvo grandes poderes espirituales. De él se cree que fue ordenado como monje budista por Ananda, primo de Buda, y que vivió más de mil años como seguidor del camino budista.
Al llegar al Tíbet gracias a una invitación del rey, Padmasambhava viajó por el país y sometió a las fuerzas hostiles que se enfrentaban a la nueva religión, por lo que sigue siendo venerado como fundador del budismo en Tíbet.
En la segunda mitad del siglo VIII d.C. el rey Khri Sronglde'u-btsan, lleno de admiración por las complejas culturas de sus vecinos budistas, envió mensajeros a la India en busca del hombre más sabio de la época, de quien esperaba que fundara un nuevo templo y enseñase a su pueblo el camino recto. Se aconsejó especialmente al rey invitar al tantrika (practicante de la religión oculta) llamado Padmasambhava, el "Gurú nacido del loto", tras lo cual una nueva oleada de mitología heredada de los magos budistas de la India invadió aquellas tierras.