Se cuenta que Nugua cobró vida en la tierra tras la separación de ésta y el cielo y la creación de montañas, ríos, animales y plantas. El siguiente mito narra cómo modeló a la raza humana con barro.
Cuando llevaba algún tiempo en la tierra, Nugua empezó a sentirse sola y a pensar que en el mundo faltaba algo. Un día vio su reflejo en una charca y tuvo una idea. Cogió un puñado de barro y modeló una minúscula copia de sí misma: el primer ser humano. Al dejar aquel ser sobre el suelo cobró vida de inmediato y se puso a gritar y a bailar alegremente. Encantada con su obra, Nugua cogió más barro e hizo un montón de personas, que se desperdigaron por el campo, pero la diosa siempre oía sus voces y no volvió a sentirse sola.
Al poco tiempo comprendió que para poblar el mundo entero tenía que hacer personas con más rapidez y eficacia. Hundió una vid en agua embarrada, la sacudió y el barro saltó por todos lados. Cada gota de barro se convirtió en un ser humano. Así, Nugua pobló el mundo y pudo descansar de sus tareas. Más adelante, cuando algunas personas envejecieron y murieron, enseñó a los seres humanos a reproducirse y criar niños.
Las tortugas eran símbolo de fuerza y permanencia, capaces de soportar grandes pesos sobre sus espaldas. Según el mito, la diosa Nugua sujetó los cielos con las patas de una tortuga cuando se desplomó la montaña Imperfecta.