Son poco abundantes en la mitología china. Algunos relatan cómo un hombre sabio se metamorfoseó en una estrella o cómo dos hermanos que se peleaban se convirtieron en dos estrellas con trayectorias opuestas.
El mito de los amantes estelares, Muchacha Tejedora y Buey de Tiro, relata el amor predestinado de estos dos seres celestiales. Aparece sólo como fragmento en el Libro de Poesía, pero en la época medieval se había convertido ya en una historia romántica. Muchacha Tejedora era hija del dios celeste y vivía en la parte oriental del Río Celeste (Vía Láctea), tejiendo telas nubosas.
El dios del cielo se apiadó de ella por vivir tan solitaria y permitió que se casara con su amante estelar. Pero ella comenzó a abandonar su tarea y el dios del cielo la castigó separándola de su amante: cada uno pasó a ocupar un extremo del Rio Celeste y sólo se reunían una vez al año, la séptima noche del séptimo mes.
El tema amoroso se expresa con gran decoro y, al igual que otros mitos chinos, no incluye escenas promiscuas, uniones violentas o pasiones ardientes, como es habitual en otras mitologías del mundo.
Esta versión ligera del amor en los mitos indica que los primeros relatos probablemente serían más pasionales, pero que fueron censurados por los editores de los textos clásicos del periodo Han (206 a.C.-220 d.C.).